En marzo de 1943, salió en primer tren a Auschwitz desde Tesalónica. En agosto de ese año, 50.000 judíos fueron deportados allí, la mayoría de los cuales nunca regresaron. Un 96% de la comunidad judía de la ciudad fue exterminada en los campos de concentración nazis. Las casas y propiedades que dejaron atrás acabaron en manos de agentes de custodia de la propiedad, los muebles y utensilios acabaron en casas y tiendas cristianas, las losas de mármol del antiguo cementerio se reubicaron en los lugares más inesperados de la ciudad…La comunidad judía más grande de los Balcanes, desapareció del mapa mientras una nueva élite social y económica emergía.

¿Quién colaboró con la violencia y quien ayudo a la resistencia? ¿Cómo fueron los mecanismos para olvidar lo que pasó y cuál es el papel de un teatro? ¿Por qué nos interesa ahora esta historia del pasado y cómo se relaciona con nuestro propio futuro? En un intento por acercarnos a esa era pasada, el equipo artístico en escena habla con invitados del pasado, presente y el futuro de la ciudad de Tesalónica y nos muestra los resultados de una investigación para componer un nuevo mural histórico y social de esta “ciudad de fantasmas”